Resistentes a luz y a las condiciones meteorológicas
Los pigmentos inorgánicos se elaboran a partir de minerales, tierras, fósiles, arcillas, etc. bajo sales de diversos metales. Nacen como respuesta a la necesidad de satisfacer las demandas más exigentes de los diferentes sectores donde se utilizan: empresas de prefabricados, terracistas, plantas de hormigón, morteros de enlucido, etc.
Hablamos de la clase de pigmentos más estables en la industria del color. Sus resultados perduran con el paso del tiempo y además, son ligeramente más económicos que los pigmentos orgánicos.
En cualquier caso de aplicación, su fijación a la superficie es total. Están caracterizados por ser altamente opacos, contar con un alto grado de insolubilidad, y resistir a la luz y condiciones meteorológicas desfavorables. Nuestros productos están desarrollados con las últimas tecnologías del mercado y responsable con el medio ambiente.
Podemos clasificar los pigmentos inorgánicos en tres clases: pigmentos blancos (principalmente basados en Óxido de titanio), pigmentos negros carbón (CB) y pigmentos inorgánicos coloreados.
Los pigmentos blancos se clasifican en opacos y no opacos. Dentro de los opacos, el más destacado es el Dióxido de Titanio, este posee un elevado poder de cubrición en seco y en húmedo con alta resistencia a la luz exterior. Es uno de los compuestos más blancos que existen, proporcionando una excelente durabilidad y no toxicidad. El pigmento se puede producir en dos formas polimórficas: rutilo y anatasa que se diferencian en sus estructuras cristalinas. En la industria de las pinturas el más utilizado es el rutilo debido a que no presenta exudación a la superficie a diferencia de la anatasa. De esta forma se obtienen también colores claros opacos en tonos pasteles como el salmón o el azul cielo. Frecuentemente, se utiliza para potenciar la blancura de productos cementosos. En proyectos de construcción de alto presupuesto, se emplea para elaborar los hormigones blancos o aclarar los áridos de hormigones grises a un color más claro.
Dentro de los blancos opacos también se encuentra el Óxido de Zinc (utilizado en la producción de esmaltes, cerámicas y vidrios), el Sulfuro de Zinc (menos utilizado desde la introducción del dióxido de Titanio) y el Óxido de Estaño (utilizado como colorante blanco en sanitarios y azulejos).
El negro de carbón es el nombre del pigmento negro común, tradicionalmente producido a partir de la carbonización de materiales orgánicos como la madera o el hueso. Está formado por carbono puro y su color negro se debe a que apenas refleja luz en la parte visible del espectro. Principalmente se utiliza para fortalecer el caucho de los neumáticos para automóviles, reduciendo el daño térmico e incrementando la vida de la goma ya que mejora la resistencia al desgaste. También actúa como pigmento, estabilizador de rayos ultravioletas en productos de goma, plástico, caucho y revestimientos.
Los productos de negro de carbón modernos son descendientes directos de los primeros negros de humo, producidos por primera vez en China hace 3.500 años. Estos negros humo recogidos de las lámparas no eran muy puros y diferían mucho en su composición química respecto a los actuales negros de carbón. Este pigmento negro tiene un alto poder colorante y posee una buena estabilidad tanto en el interior como en el exterior.
Los pigmentos inorgánicos coloreados se dividen en sintéticos y naturales. Dentro de la familia de los pigmentos inorgánicos sintéticos, los basados en óxidos metálicos han adquirido gran importancia por su versatilidad y estabilidad. Surgen de la necesidad de crear pigmentos más duraderos y con el objetivo de respetar el ecosistema. Cuentan con una alta resistencia química a los álcalis, agentes oxidantes y reductores, lo que los convierten en pigmentos ideales para entornos bajo exposiciones medioambientales extremas.
Los pigmentos inorgánicos metálicos, adquieren una gran importancia ya que se convierten en una herramienta muy versátil en lo que se refiere a la formulación de recubrimientos innovadores, estables y, además, más económicos. Se caracterizan por contar con una excelente resistencia a la luz, estabilidad térmica, poder cubriente y facilidad de dispersión.
En algunos casos, se utilizan combinados con pigmentos orgánicos para conseguir recubrimientos con un brillo mayor como, por ejemplo, los acabados sin plomo.
Están particularmente pensados para aquellos revestimientos que han de cumplir con estándares de máxima durabilidad, como los plásticos, los esmaltes para hornear, los plásticos, los productos de construcción para espacios exteriores o los recubrimientos en polvo y en bobina. Debido al proceso de micronización que atraviesan los pigmentos inorgánicos, se producen cambios significativos en las propiedades mecánicas del fluido, aportando mayor luminosidad, perfecta cobertura y buena solidez.
Los pigmentos inorgánicos complejos poseen unas propiedades únicas de solidez que están directamente relacionadas a altas temperaturas (superior a 800 ºC/ 1500 ºF), produciendo pigmentos inorgánicos cristalinos muy homogéneos. Este proceso exige un control exhaustivo de los parámetros químicos técnicos.
Los pigmentos inorgánicos sintéticos se fabrican mediante un método complejo puesto que son elaborados en grandes cantidades y buscan reducir el impacto ambiental. Los pigmentos sintéticos se clasifican en: Óxidos metálicos, Óxidos metálicos mixtos, Compuestos no óxidos y otros.
Por otro lado, la familia de los los pigmentos inorgánicos naturales, pigmentos coloreados entre los que se destacan las hematitas, los ocres y ámbar. Se obtienen de los minerales y son extraídos y purificados sin modificar su estructura. Poseen una excelente protección a la corrosión y buena dispersabilidad.